¿Un condón de 60 metros? ¿Un tren con pestañas? ¿El Big Ben con un North Face? Bienvenido a la era del Fake Out of Home.
¿Cuántas veces has regañado a tus familiares por creer ciegamente en todo lo que encuentran por Internet? Probablemente más de las que eres capaz de recordar. Pero, ¿te has parado a pensar que, quizás, las tornas estén cambiando?
Seguramente en los últimos meses te hayas cruzado en Tik Tok o Instagram con bolsos circulando por las calles de París o con una Barbie de 600 metros en Dubai. Probablemente hayas reproducido el video una y otra vez, frunciendo el ceño y preguntándote: ¿puede ser?
Esta nueva tendencia que distorsiona la realidad se ha denominado FOOH (Fake Out-of-Home) y se ha convertido en el tema principal del mundo del marketing en los últimos meses.
¿Qué es el Fake Out of Home?
El FOOH implica la manipulación digital de una imagen para crear la apariencia de una campaña publicitaria en exteriores que en realidad no ha existido en el mundo físico. Para ello, se sirven de imágenes generadas por ordenador (CGI) y realidad aumentada (AR).
Esto puede incluir desde vallas publicitarias digitalmente insertadas en fotos hasta vídeos cuidadosamente montados. Independientemente del formato, todos están diseñados para ser consumidos en línea, en lugar de ser experimentados en el mundo real.
La esencia de FOOH reside en su capacidad para involucrar a la audiencia en línea, es decir, a cada uno de nosotros, sacando partido del potencial viral que tienen las redes sociales.
La lógica es tan simple como efectiva. Mientras haces scroll por tus redes, reconoces un entorno popular, pongamos el Big Ben. Sin embargo, hay algo raro. Es un vídeo sin demasiada calidad, a veces desenfocado y plagado de gente que observa lo mismo que capta tu atención. ¿Qué hace este monumento cubierto con un abrigo de North Face?
Hay tantos fallos en el vídeo que cuesta creer que es un video-montaje, así que lo compartes. ¡Y listo! Has pasado a formar parte activa de una campaña publicitaria sin ser del todo consciente.
¿Por qué caemos en ‘la trampa’ del FOOH?
La efectividad del Fake Out of Home radica en su capacidad para captar nuestra atención a través de la sorpresa y el desconcierto.
Psicológicamente, los seres humanos nos sentimos inherentemente atraídos por lo novedoso y lo inesperado. Por ello, cuando nos encontramos con una situación fuera de lo común en un entorno cotidiano, nuestra atención se agudiza, haciéndonos más receptivos a lo que se nos está presentando.
Sin lugar a duda, es una estrategia brillante a la par que efectiva que, como cualquier otro fenómeno enraizado en las redes sociales, no está exento de polémica.
Las luces y sombras del Fake Out of Home
El carácter innovador de la publicidad FOOH permite a las marcas liberarse de las limitaciones impuestas por los espacios físicos tradicionales, abriendo paso a formas creativas e innovadoras de interactuar con su audiencia. Al no depender de ubicaciones físicas, se presenta como una estrategia más rentable, ya que elimina los gastos asociados con la impresión y colocación de anuncios exteriores convencionales. Además, la naturaleza única y a menudo sorprendente de las campañas FOOH las convierte en contenido ideal para compartir en redes sociales, lo que amplifica su alcance más allá de los métodos tradicionales.
Sin embargo, la publicidad FOOH también afronta desafíos y críticas significativas:
- Una de las principales preocupaciones radica en su capacidad para engañar al público, generando dudas sobre la autenticidad de lo que se está anunciando.
- Opera en un área gris en términos de estándares y regulaciones publicitarias, lo que puede plantear dilemas éticos relacionados con la veracidad en la publicidad.
- La dependencia excesiva de estrategias publicitarias FOOH podría socavar la confianza del consumidor a lo largo del tiempo, ya que las audiencias terminarían volviéndose cautelosas al distinguir entre anuncios genuinos y aquellos fabricados digitalmente.
¿Deberían las marcas sumarse a la tendencia del FOOH?
El Fake Out of Home es una herramienta poderosa en el arsenal del marketing. Su capacidad para sorprender, entretener y generar conversaciones lo convierte en una estrategia invaluable para las marcas que buscan destacar en un paisaje publicitario saturado.
Sin embargo, es fundamental abordar sus implicaciones éticas y asegurarse de que se utilice de manera responsable y respetuosa. En última instancia, el éxito del FOOH radica en su capacidad para cautivar al público y crear experiencias que resuenen más allá del momento inicial de sorpresa.
Al manipular las percepciones del público y crear situaciones engañosas, algunas personas argumentan que el FOOH cruza la línea entre la creatividad publicitaria y la manipulación psicológica. Por ello, es importante considerar el equilibrio entre la innovación creativa y el respeto por el consumidor.
