El Mar Rojo cuenta con una de las posiciones más beneficiosas y estratégicas para la cadena de suministro, y es que conforma la ruta de transporte más corta entre Europa y el continente asiático.
A lo largo de los siglos, este mar ha sido uno de los corredores logísticos más importantes a nivel mundial, pero su ubicación estratégica no solo brinda ventajas a nivel global, sino que también representa una significativa vulnerabilidad para las cadenas de suministro dispersas, las cuales ven afectadas sus operaciones ante cualquier altercado que suceda en la zona.
En la actualidad, las tensiones en la región han provocado un aumento de conflictos en torno a los buques comerciales que transitan diariamente esta vía, hecho que está impactando de manera directa en las operaciones de la cadena de suministro internacional.
Las grandes dimensiones de esta problemática están generando una serie de consecuencias que inciden en la economía mundial, ocasionando graves perturbaciones en cuestión de precios, gestión de mercancías, tiempos de entrega y diversos aspectos clave.
La posición estratégica del Mar Rojo
23.851 buques transitaron durante 2022 por el Canal de Suez, movilizando en torno a 1.400 millones de toneladas. Estos datos, obtenidos de la Autoridad del Canal de Suez, destacan cómo el Mar Rojo resulta un eje clave para el transporte y comercio, pues alrededor del 12% de las mercancías mundiales realizan ruta por esta ubicación. Además, desempeña un papel fundamental en el suministro energético, ya que aproximadamente el 12% del petróleo crudo mundial y el 8% del gas natural licuado (GNL) se transportan a través de esta área.
Desde el 18 de agosto de 1869, fecha en la que el Mar Rojo se unió de manera definitiva al Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez, británicos y franceses ya luchaban por el control de esta conexión, que ofrecía una alternativa más rápida para la distribución de mercancías hacia los países europeos, evitando tener que rodear el continente africano. A lo largo de la historia, diversos conflictos de intereses, incluyendo dos guerras mundiales y un bloqueo de 8 años, así como incidentes con buques accidentados, han impactado en la actividad del canal. En la actualidad, se suma otro desafío a esta lista, liderado por los aliados de Hamás.
Los rebeldes hutíes, que desde 2015 buscan hacerse con el control de Yemen, han lanzado misiles y drones contra barcos cargueros que cruzaban el Canal de Suez. A raíz de la guerra entre Israel y Hamás iniciada en octubre de 2023, los insurgentes hutíes se posicionaron a favor de la milicia palestina con este despliegue aéreo contra Israel.
Dado que la tecnología militar occidental no está pensada para interceptar los drones de fabricación iraní que usan los hutíes para interrumpir el comercio en el mar Rojo, las irrupciones en el transporte continúan siendo notorias, pues el conflicto sigue en pie aun con ataques cada vez más presentes por países como EEUU o Reino Unido al territorio yemení.
Son muchos los beneficios que genera realizar rutas por el Mar Rojo. Veámoslo con un ejemplo:
Un buque que parta de China con destino a un país del sur de Europa y elija la ruta a través del Canal de Suez tomará aproximadamente 25 días en completar el trayecto. En contraste, si opta por la ruta alrededor del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, el tiempo de viaje se extenderá significativamente, aumentando entre 15 y 20 días adicionales. Esta variación en la duración del viaje conlleva aumento de los precios del transporte y el gasto en combustible, entre otros.
El transporte de mercancías, así, cuenta con esta ubicación como una de sus grandes fortalezas en términos de optimización y eficiencia de sus operativas. Sin embargo, estos datos que resaltan la importancia crucial de esta ubicación para el transporte de mercancías a nivel mundial también revelan su gran vulnerabilidad, pues los conflictos en esta zona generan grandes repercusiones en la economía internacional.
Consecuencias en la cadena de suministro
Las fatídicas consecuencias que genera cualquier conflicto en el Mar Rojo las pudimos ver hace años con la breve crisis que afrontó el pasado 2021, cuando el portacontenedores Evergreen quedó encallado en el canal, bloqueándolo por 6 días. Durante este periodo, no superior a una semana, el comercio global perdió en torno a 400 millones de dólares por hora – según afirmaba Lloyd’s List -, teniendo en cuenta que en este contexto no afectaba la guerra en Ucrania, las sanciones rusas o los diversos conflictos que se dan en la zona.
Empresas con gran proyección marítima como la compañía Maersk ya han avisado del gran peso de estos ataques en la cadena. Vincent Clerc, consejero delegado de A.P. Moller-Maersk, ya advirtió durante una mesa redonda en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, que "para nosotros, esto significará tiempos de tránsito más largos y probablemente interrupciones en la cadena de suministro durante al menos unos meses".
Este operador, al igual que la naviera líder MSC – Mediterranean Shipping Company – ya han cancelado de manera temporal el paso de sus buques por este corredor, medida que está siendo adoptada por muchas otras empresas como la petrolera BP y las navieras chinas COSCO, OOCL y Evergreen Marine, la francesa CMA y la alemana Hapag-Lloyd, entre muchas otras.
Así, por el momento se calcula que el tráfico de mercancías se ha llegado a reducir en un 46% estas últimas semanas.
Las consecuencias de este conflicto continúan agravándose y dejando un escenario de especulación y duda ante el futuro de las rutas marítimas comerciales, debiendo asumir muchas compañías los altos costes que vendrán asociados de ésta, no sólo en términos de aumento de costes, inflación o gestión de mercancías, también en la gran escasez de contenedores. Es de esta forma como el Mar Rojo conforma ya uno de los escenarios más inciertos de la cadena de suministro, generando grandes consecuencias que se prevén quedar y asumir también a largo plazo.